DAME...


Aprenderás a quererme?
A sentir mi silueta a través de mis pasos?
¿Querrás alguna vez mirarme a los ojos
como te miro yo a ti?...
Compartirás tus secretos de cerrojos
y refugios de otras guerras?
Trincheras de la vida que nos lleva
de una acera a otra descalzos de ilusión.
¿Me darás alguna vez un poco de tus recuerdos
si prometo no llenar de palabras vacías
historias que no me pertenecen?
Nunca pediré que las ramas se agiten
gritando mi nombre al viento del norte
ni que los niños en las plazas
jueguen a adivinar mi semblante.
Jamás reclamaré un lugar en el alma de tus torrentes
ni una estela en la noche de tus avernos.
No me culpes si adivino tu misterio,
los entresijos de tus contiendas
contra el cielo y el mar, contra el edén y los oteros
por ganar terreno a la inmortalidad...
Dame a cambio aquello que vine a buscar
y no me niegues ni el pan ni la sal
de los caminantes que buscan en cualquier senda
lo que nunca hallarán: fundir en el mismo camino
vida y verdad.
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / OVIEDO

DOLOR ETERNO...


Existe un nudo que viaja
en un va y viene infinito
de mi pecho a mi garganta
que no quiere dejar escapar
ni una lágrima, ni un grito
para que nadie fuera de mí
perciba este momento.
Por las calles indiferentes
se pierde este sentimiento,
sin poder encontrar
por donde salir a tu encuentro.
Este pesar no quiero dejar
mutar en lamento.
Traspasa mi espalda
rompiendo mi esqueleto
buscando una salida por 
todo mi cuerpo.
Ni siquiera le dejo
que asome por mi cara
manteniendo limpia mi mirada
de manantiales sin freno,
entregándola cada día en la mañana 
el aire más fresco.
Es lo único que de ti me queda
a través del tiempo,
es lo único que día a día
me da el sustento.
Si lo dejara escapar,
si saliera de su encierro,
no me quedaría nada.
Ni siquiera el dolor
de ser condenada al destierro.
Y de dejarlo asomar 
miedo atroz tengo
pensando sólo en
sentir el vacío por dentro.
Este dolor es mío
no lo comparto con nadie.
Ni siquiera ya es nuestro.
Tú dejaste claro
que ya no te pertenezco...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / Calzada Romana  de Rioseco (ASTURIAS)

ME RECUERDAS...


Me recuerdas, a aquella sombra que perseguía,
con menos acierto en el tacto y mas aspereza,
el verbo de mi boca, a mi alma en su fortaleza,
y a la Luna de mis noches que a las sombras guía...
.
Mas silenciosa y sutil, siempre en franca porfía
contra los elementos del mundo y su tristeza
olvidando detalles de evidente belleza
que nos urgen a tomar un último tranvía...
.
Pero si miro de nuevo, veo otros paisajes
otros senderos sin necedades ni fracturas
otros cenits mas solícitos en sus labranzas ...
.
Ahora puedo viajar ligera de equipaje
hacia la paz de tus miradas y sus llanuras
hacia el crepúsculo donde siempre tú, me alcanzas...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / Atardecer sobre Oviedo

EN EL CORTIJO DEL TÍO PEDRO...


En el cortijo del tío Pedro
los muros tienen agujeros
por donde se cuela un bandolero
de mirada felina y pelo negro…
.
Visita de forma asidua
las dependencias del gallinero
batiéndose en retirada
si los centinelas velan despiertos…
.
Cantan los gallos más finos
a las madrugadas esquivas.
Quisieran ser aun sin vida
locas brisas perdidas,
para besar a diario
a las estrellas furtivas…
.
Tiene el viejo cortijo
aleros de tejas rojas,
donde buscan refugio
los gorriones de alas rotas…
.
Y dehesas silenciosas
que lloran a las veredas
cuando los morlacos
a sus suerte las abandonan
a cambio de una tarde de gloria…
.
Llora entonces la Luna llena.
Regresa mansa y sola
vistiendo mantilla de encaje
y peineta de plata fina
entre los olivares silenciosos
y las encinas de almas devotas...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / Cerca de LADINES (ASTURIAS)