SIN PUDOR...


Entre los que no suben al norte
ni los que bajan al sur
anda mi corazón de trote en trote
pidiendo a todas horas perdón...
Se lleva el viento lo que siento.
Y no lo vuelve tormenta sin ton ni son 
de gaitas y tambor
si no que lo mece suavemente
por entre las calles de paredes blancas
depositándolo en los balcones
vestidos de rojo pasión...
Se alzan los amaneceres
rezando oraciones en los huertos
vestidos de niebla y dolor
porque no les alcanza la voz
de las luminarias de Dios .
Voy y vengo sin fronteras,
sin pasos con barreras,
sin estación de penitencia,
sin billete de última hora,
sin que nadie me pida cuentas
ni tampoco las pida yo.
Entre dos mundos navego,
entre dos mares callejeo,
y por los caminos me pierdo
por no querer encontrarme
con mi propia sombra
vengando al dolor...
Que nunca fue fácil
mirarse cara a cara al espejo
desnuda y sin rencor,
y guardar el secreto
del porqué hilo y deshilo al destino
sin ningún pudor...
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / CABO VIDIO (ASTURIAS)

FELINA...


Me he hecho a la nada,
al soporte del hueco absoluto
bajo esta oquedad insana 
que llega e inunda de niebla
la noche con su aparatosidad.
Quedaron las entrañas
tras los muros de hormigón y asfalto
apresadas en sus propias tinieblas
de existir agrio..
Luego, cuando todo se silencie y mi luz
por fin encuentre la salida por tu calle,
no miraré atrás, a las sombras 
de este fraude.
Ni siquiera para dar rienda suelta
a lo que en justicia te corresponde...
Guardado quedará para quién
a bien tenga rezarte
una plegaria interminable...
Felina y silenciosa,
yo me perderé arriesgando todo
por entre utopías. 
que nadie conoce...
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / LAS CALDAS-OVIEDO (ASTURIAS)

MI QUERIDO LECTOR...


Mi querido lector, dos puntos…
-
Haría mías sus palabras
y las convertiría en lluvia que del cielo mana,
por aquello de la tormenta
que nuestro tormento empapa
por lo de la inmensidad del amanecer
sin que nadie ni nada
venga a vernos ...
Ni a abrir nuestras las ventanas…
Gritaría igualmente
en el viento que pasó ya por su casa,
recogiendo cuál eco libre de trampas
la inmensidad de su soledad,
la negrura de su alma.
Pero le dejo libre y desnudo…
Por si vuelve a verle pasar.
Que no vaya vestido con mis palabras…
Ni mis silencios, que tanto guardan.
Que no sienta que mi sombra acucia a la suya
aunque en ocasiones,
paisaje compartan.
Pasarán las tormentas, pasaran….
Y ninguna de ellas haré mía.
Desde entonces,
desde aquella noche con su amanecer
hueco de esperanza,
sé bien que son sólo suyas.
Lo demás es tronar por tronar.
Sólo queda el frío
de este invierno canalla.
Y en él voy y vengo,
y entre auroras malvas y escarchas blancas
escucho algún trueno que de lejos brama.
.

Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / SOBRESCOBIO (ASTURIAS)