Ruedo por el pavimento húmedo y asombrado
de que ande buscándome a mí misma en su regazo,
como si para mis pasos no hubiera mas trazo
que esa línea vil de corazón asfaltado...
.
Cae la lluvia sobre el arcén enamorado.
Como una sublime caricia un beso, un flechazo
anunciando con su rayo extenuado ese abrazo
que murió en un triste gota a gota abandonado...
.
A la espera permaneció inerte largo tiempo,
latiendo entre las estrías de mi carretera,
gritando al viento nuestros nombres a tumba abierta...
.
Ahora sólo queda una oración a destiempo,
miles de tormentas sin capitán ni bandera
y dos fosas cavadas a golpe de reyerta.
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen Galatea Santos® / Río Guadalquivir-Sierra de Cazorla (Febr. 2014)
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