VOLAR...

Mi querido lector, dos puntos:
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¡Constatado! Volar con la imaginación es fácil.
Lo complicado es el aterrizaje.
Hay que calibrar las distancias entre lo real
y lo puramente imaginado...
Lo que se desea y lo que jamás nos será dado
 por mucho que despleguemos las alas al viento
que pocas veces aparece dando ánimos.
Casi siempre suele hacerlo de costado
 impidiéndonos seguir de frente y a lo grande
el rumbo de antemano fijado
por las cuentas,  que más que cuentas son cuentos,
sin final feliz ni pie de princesa descalzo.
Querido, queridísimo lector...Sabe usted bien de qué hablo.
Que no todo se puede tener, ni sale barato.
Pero no hay jamás que dejarse vencer por los elementos.
Canallas ellos, contrarios a nuestro bando
a veces (sólo a veces) dejan de ser fervientes enemigos
para pasar a ser enfurecidos aliados que batallan a nuestro favor
contra todo lo que nos es negado por mor de un destino descerebrado.
Y se abre como las rosas al amanecer
bañadas en las gotas de rocío con que las bendice la noche...
Que pretendiendo hacer estragos (¡que mala es la envidia!)
 no consigue si no realzar su belleza…
Así que no desesperemos, que en un momento dado
puede cambiar el viento de todo lo que imaginamos
y hacerse realidad patente, sueño que por fin
en nuestras manos se hace visible a los ojos
de propios y extraños, de amigos y enemigos mas encarnizados…
Y por supuesto, dar brillo y esplendor a nuestras alas
de ángeles en la tierra, que no desterrados,
 que siempre buscaron ejercitar el arte de volar
lo mas lejos y alto posible
sin que la imaginación fuera necesario,
sin el corazón en un puño
ni los ojos de pena anegados ...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos®/ Lagunas de Ruidera (Mayo 2016)

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