TENGO...


Tengo un reloj a la espera de un soplo de vida.
Una calle vallada a la espera de un latido que
despierte sus aceras dormidas.
Tengo unas manos que no gobiernan mis líneas
ni cuentan historias de soledades infinitas.
Detengo el tiempo y la propia vida
mientras la niebla grita en al vacío mi nombre
desde las cumbres de acero y piedras heridas.
Dejo que la trayectoria de la primera luz del día,
hambrienta de buenas nuevas, rasgue mis cortinas.
Nada cambia en este tiempo de anhelos vencidos
y prisioneros, a merced de la sed de venganza
de la quimera extraviada, de la estupidez humana,
a merced de las cicatrices que sobre mis muros
descaradamente, se encaraman...

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 Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos®/Verdicio (Asturias)


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