Que seas tú y no yo
la isla.
Que seas tú y no yo
la galerna
que bata sus alas
contra la arena.
Que me mires y no
veas en mí
la mancha de una
última derrota.
Que la mentira no
cuente
verdades
distintas...Ni la verdades
recuperen errores no
confirmados.
!Pobre anécdota el
deseo escarmentado!
¿Qué mal será el
que nos ahoga
fusión de cumbre y
niebla?
Que mi casa se
construya
sobre tus piedras y
mis imposibles…
Con sus muros y sus
escaleras
levantados a golpe
de silencio,
con las alacenas
llenas
y monstruos en los
armarios.
Con un jardín en el
que habiten,
por los siglos de
los siglos,
mariposas y dragones
escapando del crudo
invierno...
Y que el cielo me
bendiga
si he de morir en
ello
antes de que me
alcance
un último
destello...
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen; Galatea Santos®/ Monte Naranco (OVIEDO)
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