Mi querido lector,
dos puntos…
sobres las ies, que
hoy tocan a duelo.
.
Hace tiempo que
vengo sin conseguir llegar..
Y llego sin ir a
lugar alguno,
que por primera vez
estoy bien dónde me encuentro.
Apenas con un paseo,
con un mal verso
la vida se abre en
canal cumpliendo mis deseos.
No es que necesite
sangre fresca
para ningún sueño
en concreto,
que desperté hace
tiempo,
y hace tiempo que me
percato
de que nada es lo
que parece
y todo tiene su
precio…
Así que ni compro
ni vendo
ni regalo ni entrego
aquello que ya no se
aprecia
y quedó, por falta
de aprecio,
falto de dueño en
cualquier seca duna
de este infame
desierto.
Pero venía a
contar,
(¿por qué? !yo qué
sé! !porque sí, porque así algo cuento!)
que la niebla y la
lluvia se alegran
de mis regresos…Y
eso ya es mucho más
de lo que usted
puede decir al respecto.
Que me esperan
calladas
al final del túnel
más negro,
que éste, sí que
sí, se abre en canal
para que pueda
alcanzar
lo que ahora usted
me niega
como guardián de
este reino…
Que no fui yo, que
las estrellas fueron.
Que dejaron paso a
la noche
y en ella me abrigo
cada vez
que usted iza
bandera
y emigra a otros
puertos.
Que no cabe la queja
ni el llanto eterno
que la vida es
corta, y al amor,
si es amor de
verdad,
ni se alquila ni se
vende
porque no tiene
dueño…
Venía a contar de
nuevo,
(¿por qué? !yo qué
sé! !porque sí, porque así algo cuento!),
que las calles son
anchas
y las plazas
respiran a pleno pulmón
vida, color, ruido
de infantes y sus juegos.
Que la belleza surge
en cada fuente,
en cada ladera, en
cada paseo
en cada imagen
colgada en la pared
sin que se suponga
que algo de intención
haya en ello.
Y en ella me empapo.
Que el verde me
ahoga con su abrazo
y yo como niña,
ahogarme me dejo,
para resurgir luego
sirena de tierra adentro.
Venía a contar,
(¿por qué? !yo qué
sé! !porque sí, porque así algo cuento!),
que no cambio por
nada
mis pies que de
aquel entonces
quedaron húmedos de
caminar
por la noche, que
los silencios me acompañaron.
Pero juro que jamás
pedí tanto,
aunque tanto y
tanto, me fue dado…
Que después de todo
será
que todo me es
perdonado,
por ignorante de las
leyes del condado…
Como yo perdono en
usted
a los tiempos de
todos los tiempos,
en los que jamás
encontraré
su rastro de nuevo.
.
Amén.
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen : Galatea Santos®/ OVIEDO
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