Mi
querido lector, dos puntos…
-
Haría
mías sus palabras
y
las convertiría en lluvia que del cielo mana,
por
aquello de la tormenta
que
nuestro tormento empapa
por
lo de la inmensidad del amanecer
sin
que nadie ni nada
venga
a vernos ...
Ni a
abrir nuestras las ventanas…
Gritaría
igualmente
en
el viento que pasó ya por su casa,
recogiendo
cuál eco libre de trampas
la
inmensidad de su soledad,
la
negrura de su alma.
Pero
le dejo libre y desnudo…
Por
si vuelve a verle pasar.
Que
no vaya vestido con mis palabras…
Ni
mis silencios, que tanto guardan.
Que
no sienta que mi sombra acucia a la suya
aunque
en ocasiones,
paisaje
compartan.
Pasarán
las tormentas, pasaran….
Y
ninguna de ellas haré mía.
Desde
entonces,
desde
aquella noche con su amanecer
hueco
de esperanza,
sé
bien que son sólo suyas.
Lo
demás es tronar por tronar.
Sólo
queda el frío
de
este invierno canalla.
Y en
él voy y vengo,
y
entre auroras malvas y escarchas blancas
escucho
algún trueno que de lejos brama.
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / SOBRESCOBIO (ASTURIAS)
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