SUICIDA...


Aún recuerdo aquel día.
Yo bordaba puntos sobre las íes
mientras tú tomabas la Bastilla.
Fue un verano efímero por resuelto
en forma y fondo,
por quedar en leyenda su paso
por nuestras tristes vidas.
Contar y recontar las horas
no lo hizo más amplio
ni más singular de lo estrictamente
inevitable y necesario.
Luego, tú volviste a la niebla.
Yo al Sol limpio de légamo.
Tan cerca, tan lejos.
Y en algún momento los cielos
se intercambiaron: yo me perdí en las nieblas
mientras tú buscabas tu sombra
entre los álamos del río del pasado.
Y así quedó. Y así fue.
Jamás he vuelto a tener un verano
en el que intercambiar la piel
con alguien más suicida que yo 
escapando de lo cotidiano.
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Elizabetta Puig ® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / OVIEDO (ASTURIAS)

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