Me pediste que fijara tu mejor mirada
en el lienzo de las vanidades más humanas.
.
No sé sí lo hice bien, sí fue la mas adecuada,
sí retraté con certeza lo que plasmas
para los ojos de otras aventureras mas aviesas, mas laxas
en eso que dan en cantar a todas horas:
“lo importante es el ahora…¡ya nos amanecerá mañana!…
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Me dejé hacer, como sí el gesto concreto
no fuera a ir más allá de aquel momento,
quise guardar solo para mis adentros
aquel instante robado al tiempo
regalarte lo que se regala
cuando se vive el amor como sí fuera a ser eterno…
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No existen clausuras, ni tachas, ni defectos
sólo la mirada limpia y pura
de quién de ti, saca tu mejor trecho,
de frente, sin grandes proyectos
que prometan ir más allá de lo hecho…
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La apuesta quedó sobre la mesa
echando (como siempre) el resto…
doble o nada, gane o pierda…
cualquier cosa que me lleve a tus brazos de hielo…
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Y como de costumbre fue morir en el intento…
Y como de costumbre vendiste tu mirada,
en el mercado de los amores efímeros…
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Yo no llego a tanto, no puedo pagar tu precio
No se vender mis miradas a cambio de un beso pasajero…
Así mi piel arda en los infiernos…
o me deje el alma en ello…
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Texto: Elizabetta Puig®
Imagen Galatea Santos®/ Campo de Caso (ASTURIAS)
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