No me abandones a mi suerte, vida.
Ni al capricho de su arbitrariedad.
Más allá de esta vil realidad
gobierna mis jornadas decidida...
.
Quizá abras de nuevo rauda la herida
sembrando dudas e intranquilidad.
Que renazca la posibilidad
de ser tu azar, no yo, quien decida...
.
Haz girar y girar a la fortuna
a su rueda y sus locos avatares
pero libérame de esta rutina.
.
De esta monotonía inoportuna
de la calma infinita de tu mares
cuando el tiempo ni late ni camina...
.
.
Texto :Elizabetta Puig®
Imagen: Galatea Santos® / CABO VIDIO (ASTURIAS)
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