Me encuentro al borde de lo imposible
y allí de nuevo te recuerdo
de manera certera e indeleble
sabiendo siempre que me miras
con menos pena y más miedo...
Cuento una a una las horas
y no quiero borrar ni una sola
aun a costa de que me falte
en el último momento el aliento...
Las calles te nombran a cada paso
y yo recojo sus voces a lo lejos
como si fueran amigas de toda la vida
a las que cuentas un secreto...
Ladrona de espacios y esquinas
de cuando en cuando me siento
al borde de mis precipicios
entre las últimas luces del día
y las primeras del ocaso que acunan
una Luna herida en el firmamento...
Nada de lo tuyo me pertenece.
Y sin embargo lo tomo
como quien toma un castillo
a sangre, lágrimas y fuego...
Volveré sobre mis pasos una y otra vez
a buscar los tuyos una vez más
acatando la distancia, en silencio
hasta que tu desmemoria alcance a la mía
por la retaguardia, si miramientos...
Nadie dijo que fuera fácil ni cómodo
cabalgar sobre el olvido inquebrantable
ni sobre este tiempo maltrecho
que en cada nueva mirada errante
es más un inconveniente que un acierto...
Texto :Elizabetta Puig®
Imagen: Galatea Santos® /PLAYA DE LA CONCHA (SAN SEBASTIAN)
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