ME FALTARON...


Me faltaron horas llenas de alegría,
vacías de recato, desbordantes de honestidad.
Me faltó tu piel en la mía,
una lucha cuerpo a cuerpo
antes de la tormenta en aquella esquina
mientras tu imagen se desvanecía..
Faltó parar la vida a marchas forzadas 
e izar en el mástil nuestra divisa
antes de la próxima parada.
Renegué del tiempo que no entiende
de amor y lejanía, de devoción y distancia,
de labios en otros labios amargos,
de mentiras entre sábanas gélidas.
Y de gentes que sin rumbo deslizan
sus días al borde de cualquier precipicio
sin pensar en la fractura de las quimeras.
Asumo el legado de la pérdida,
del vacío entre mis páginas y mis manos,
del misterio irrepetible de esa sangre,
que sin corazón, latía.
El viento del Sur nos contemplaba.
Y él supo que jamás, la lluvia nos daría su bendición. 
Supo que el huracán, nunca nos alcanzaría.
Faltó alguna razón, me sobraron utopías.
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen Galatea Santos® / Atardecer sobre Oviedo

HONORES...


No quiero que muera en ti 
esa manera de andar entre cristales
como si fueran en realidad sendas ancestrales...
No se podría hacer más...Ni más limpiamente.
No deberíamos operar bajo la premisa
de no malgastar la única apuesta que tenemos
contra el coma existencial y melodramático.
Conocer de que lado sopla la galerna
es un viejo oficio de damnificados sin mástil ni puerto,
de veleros de quilla y lienzos fracturados...
Infringir las normas no contenta a los invictos
a ellos que devoran las pautas establecidas
atravesando las entrañas con las dagas más afiladas.
Va en ello la eternidad del blanco de sus rencores
y el rojo de la sangre que les late en las sienes
a costa del saqueo de nuestros honores.
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / Semana Negra de Gijón

HUELE A SAL...


Huele a sal desde la orilla.
Entre salitre y amargura
se pasea la ingratitud
cuando la muerte aúlla...
Enterrados en el fondo
los esqueletos de jornadas
de abundancia, de júbilo y alboroto
gritan tu nombre al viento.
Velas de mástiles durmientes 
marineros a sotavento,
candiles y antorchas en los muelles,
farolas viudas bajo la lluvia, 
náufragos de tierra adentro,
aguas que son cementerios
falta de agallas y flores del tiempo...
Araña las entrañas el cieno,
esta agonía que empapa,
de principio a fin,
hasta los huesos desnudos
de fuerzas y fuegos ...
El mar acaba por huir a toda prisa
antes que sentirse prisionero
bajo el puente, puerto adentro,
esclavo de temporales
de este miserable invierno.
Sumergirse dentro de sí mismo
hasta que amanezca otra orilla
menos canalla, más propicia,
con más sabor y menos miedo.
Huele a sal desde la orilla
y en su aroma yo me sumerjo...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos®/ Ribadesella (ASTURIAS)

ABRAZO...


Ahí, donde la niebla al alba nace
está a la espera de un prófugo abrazo 
a paso ligero  y  en breve plazo
todo aquello que la noche deshace.
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Con ello vuelve a la vida y renace
la rosa moribunda y su retazo,
tallo y espinas conformando un trazo
donde cierta incertidumbre aún subyace...
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Nada presagia que exista la suerte,
que el destino por fin deje de ser
juez y parte de esta batalla atroz.
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Nunca la vida mereció a la muerte
siendo lo suyo un constante volver
con su resplandor de forma feroz...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / CUYENCES (OVIEDO)

NIEBLA...


Todavía no nos alcanzó la niebla.
Bulle al otro lado de la ladera
esperando su momento, su baile
al final de la tarde, al comienzo de los enigmas.
Tomará cuerpo entonces y nos invadirá
con su llanto tenue colmado de leyendas...
Danza como espectro bajo el cielo plomizo
al son de de los vestigios de la memoria
moderando sus pasos de sutil bailarina. 
Mientras tanto, llega la reina con su puesta en escena.
Sobrevolará los tejados ataviados 
con nidos de adversidad y hastío.
Un poco aburrida de tanta obviedad,
sólo nos mira de soslayo
guardando para sí su mejor disfraz.
Solo el silencio comparte su misterio,
su rondar a la muerte desde el filo de la vida..
Y aun así piensa, al borde de la agonía,
que otra voz es posible, otro latido incandescente
antes de que la devoren de nuevo las entrañas
el cauce de los torrentes...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos®/ Cerca de LLanes (ASTURIAS)

EN CONSTRUCCIÓN...


Todavía restan rumbos ocultos 
en los mapas de mi mundo 
aún quedan caminos huérfanos
de protocolos y bitácora
en los flancos de mis límites
en las palmas de mis manos.
Sea lo que sea que me persigue
desertar es la única opción,
un detalle sin importancia
un santo y seña sin dueño ni estación, 
un objeto salvaje en sus líneas
un mal trago cruzándonos el pecho
directo al corazón.
Y así cuando su lectura crea pausas
donde debería existir interrogación
me tomo la libertad de sembrar
en las estrellas otro dictamen,
otro voto de confianza, otro crédito final...
Sermones y predicación, miedo y recelo
flotan en el aire como fuego a discreción.
Gloria bendita y sosiego en mis guerras continuas.
Para todo lo demás, sigo en en la brecha,
sigo en construcción...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen Galatea Santos® / Arriondas (ASTURIAS)

FEROZ...


Conviérteme en los muros que sostienen tu casa
bajo los aleros de los anhelos más infranqueables,
Légame el poder del fuego que atempera el alba
entre tus sábanas sobradas de miseria y desnudez.
Abre los ojos a mi aliento en tus ventanales
donde dejo las huellas de todos mis silencios,
donde las palabras pasan de ser humo inalcanzable
a roca firme. Y herramientas esenciales.
Toma del alimento de los dioses 
este maná caído de un cielo siempre en guerra
con cuanto acontece a ras de suelo.
Toma y no cejes,de la luz al final del túnel 
de los que retornan perdedores
a la vida desde el mismísimo averno.
Conviértete en pecado mortal 
de una larga lista de infracciones,
en penitente nunca arrepentido
sucumbiendo a las tentaciones sin límite ni recibos.
Será entonces, y sólo entonces, cuando yo sabré 
que fue tu voz la partitura que se extiendió
desde la quietud de tus labios a  mi caos 
convertida en un susurro feroz.
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos ® / Anochecer sobre el Guadalquivir (CÓRDOBA)

MATIZ..


Rotas la alas y lacradas las historias,
ahora toca caminar en soledad
hacia el monte del extravío.
Con esa soledad, que lleva tu nombre
tatuado hasta en su buena voluntad,
aprendes el oficio de los gatos abandonados
deambulando por los callejones 
pero jamás anclados en lo absoluto de la lejanía
Su voluntad es más fuerte 
que cualquier eventualidad mal entendida.
Siempre existe un mundo equidistante
bajo sus pasos de terciopelo
en el que sostenerse cuando a ras de firme
la realidad, de reojo y con mala baba, nos mira
nos condena y niega las luces del alba.
Es entonces cuando llega el momento de creer
en el poder de las cornisas a cielo abierto,
cuando se han de escalar los muros
con uñas y dientes, a buen ritmo y sin atajar
la osadía de no dejarte vencer 
por la ecuación de un azar perturbado
en este instante de amargo subido de matiz
y escaso de colorido...
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos®/ Puerto de LUARCA (ASTURIAS)

DENTRO DEL LABERINTO...


Blandir la superior de las razones
no excusa del pecado de inocencia
pensar que todo es común a los mortales,
no salva a quién diario ni reza ni ruega.
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Los dioses, ociosos e indolentes,
juegan con dados marcados
en el tablero de nuestra existencia
cobrándose bien caro la derrota 
cuando el humano y sus avatares 
son quienes a sí mismos se gobierna.
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El acto se acentúa con transgresión
de unas reglas del juego no escritas,
cortantes como diamantes pulidos
certeras como filo de navaja 
ávido de sangre y pasión.
.
Y ahí, la condena está servida
en forma de desafío advenedizo
a la espera de su momento
en primera línea de venganza.
.
Los príncipes de lo esencial a la vista
barajan de nuevo los sueños inalcanzables.
Tocan arrebato las campanas,
toca ponerse a salvo sin reservas
de la próxima tormenta dentro del laberinto.
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos®/ BILBAO

AFÁN...


Depositó su mirada en mis caderas
llegando a borrar de mi piel
los restos de las últimas pisadas
entre apuesta y apuesta de todo al negro 
por mi salvación.
Encendí el asfalto bajo mis pies
a golpe de tacón y fuego pétreo
agolpando en las aceras exánimes
lo últimos esfuerzos por sobrevivir...
Llovía mansamente en esa hora temprana
y aun así, rebeldes y levantiscas, 
las ramas murmuraban razones infundadas.
No aprendieron el arte del silencio
entre viento y viento desbocado.
Contaban la deriva de mis naves,
el cónclave de danzas y sones sordos,
que trenzan las redes del averno
bajo las costuras de mis agravios...
Faltaban alas a las espaldas,
sobraban piedras en los bolsillos.
Hervía el castigo en las heridas,
ardían mis venas libres de culpa y delito.
El afán siempre fue el mismo,
pagado al contado y sin demora:
poder sentir de nuevo su mirada,
volver a esa vida en el abismo.
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / PIEDRAS BLANCAS (ASTURIAS)

SOMBRAS...


¿Qué ocultan las sombras
cuando la luz las ilumina?
¿Qué encierran bajo sus párpados
cuando no mira todo aquello 
que subsiste ahogado a su desnudez? 
Habla entonces y siempre la muerte.
Y en sus rasgos se divisa su enigma. 
Pero los detalles cuentan
entre dentellada y dentellada inapetente
al son del verbo que peor suena
Obviada la exquisitez, la cortesía
la noche deja paso a las tinieblas
tras su devenir pausado, sin tacha...
No ha de ser ella quien cargue
con la condena una y otra vez.
Esperará dormida en alguna parte
a que la Luna en su nombre
muera lentamente por el horizonte...

Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / VÍA VERDE A LAS CALDAS/FUSO DE LA REINA (OVIEDO)

ESPECTROS...


Entonces, y ahora, nada es importante.
Todo sucedió entre las horas que dormitaban
sobre mis estantes llenos de polvo y ruinas.
No encontré la causa exacta, ni la razón indómita
que nos sellara de por vida la puerta a la gloria.
A esa gloria que gozan los indefensos y los desarmados.
No aparezcas en mis noches 
disfrazado con el rencor de antaño, 
cauteloso como los gatos, dramático como el rayo.
Iluminando golpe a golpe, las madrugadas
que sigilosamente me toman por asalto.
Nada es importante. Todo sucede de manera extraña.
Ya entonces, tu nombre me sabía a sal, 
a mar desbocado sembrando muerte,
mientras busca algún muelle al que atar sus galernas
antes del próximo naufragio.
Fue entonces, cuando me volví arena en esta playa
de los olvidados.
Me negué a escoger el camino más sencillo a la posteridad.
Flaquearon las fuerzas y me exilie de toda burda sutileza.
Desde entonces, desde siempre
muerden los espectros de tus ojos, mis flancos.
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Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / LUARCA (Asturias)