DERROTADOS...

No tiendo a recordar en el momento menos esperado…

Siempre vuelvo a aquel lugar donde la soledad me arropa

con su manto blanco de quietud y sosiego…

Acompasa su respiración a la mía…Y así pasa ese tiempo

en el que todo detiene su transición…

Tu imagen no se presenta como un fantasma de otra hora,

de otra era más cándida, menos áspera…

Ni siquiera tengo una imagen clara de lo que eres

y mucho menos de lo que dibujas en mí…

A través de los espejos me resultas la figura transparente y sutil,

que yo jamás llegaré a rozar ni siquiera con la punta de mis dedos…

Y así, aún en el prólogo de esta historia, resuelvo lo inmediato.

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Aquí quedaremos… En la orilla de los derrotados,

en el bosque dónde los árboles espantan a los vientos

sólo para dejarse mecer por los susurros

de todo aquello que contamos, que es nuestro,

que perdemos en la ceremonia del subsistir…

Hasta que como ninfas embriagadas por el silencio

de un rumor lejano,

anhelemos lo que nunca albergaremos…

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Texto: Elizabetta Puig®

Imagen: Galatea Santos® / ENSENADA DE BAÑUGUES (ASTURIAS) 

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